lunes, 20 de octubre de 2008

INFLUENCIA DE NUESTRO SABER CULTURAL EN EL EJERCICIO PEDAGÓGICO

INFLUENCIA DE NUESTRO SABER CULTURAL EN EL EJERCICIO PEDAGÓGICO
LA INTERPRETACIÓN DEL MUNDO A PARTIR DE LOS SABERES CULTURALES Y ACADÉMICOS
Ensayo
por Elkin B. Marquez Fernandez, CC ****,
Sistemas de Enseñanza para un Aprendizaje Significativo.
ESPECIALIZACION PEDAGOGÍA APRENDIZAJE AUTÓNOMO
UNAD, 2007

Conceptos Clave:
Saber cultural, Saber Academico.
pregunta clave:
¿Cual seria el resultado de incorporar los dos conceptos anteriores en una nueva categoria de saber?

He estado leyendo recientemente sobre la naturaleza de la verdad, o de la realidad, que es lo mismo, y me parece un tema extraordinariamente atractivo, e inescapable. Sin embargo, a la vez, agobiante, ya que compromete la naturaleza de mi ser: la definición de mí mismo, de los demás, y el papel que jugamos en esto que llamamos realidad.
Al echar una mirada a la realidad, o a lo que creemos que es la realidad, la impregnamos de nuestro propio “yo”, ya que eso es inevitable. Es más, según la física cuántica, la naturaleza subatómica de las cosas está en un estado inevitable de incertidumbre hasta cuando les “echamos una mirada”; entonces los elementos subatómicos (y por ende, los átomos y todo lo que creemos material), toman un orden específico y se muestran al espectador. Es decir, ¡El espectador ejerce una influencia decisiva sobre lo observado!

¡Apabullante!

La cuestión es: no podemos ser observadores, somos parte de lo que observamos, y eso es, al parecer, un hecho ineluctable. Una vez que aceptamos el hecho de que TODO lo que analizamos u estudiamos se comporta materialmente de ESA manera, en parte porque hemos ejercido una OBSERVACIÓN sobre ello, también tenemos que aceptar que CADA SER HUMANO FORMA SU PROPIA REALIDAD. Quiero decir, cada observador tiene una visión distinta del mundo, precisamente porque el mundo se le muestra de forma distinta a cada observador.
Ahora bien, cada persona hace observaciones sobre su entorno, es necesario para poder desenvolverse en él, y crea –conscientemente o no – una serie de interpretaciones del mundo (“las cosas funcionan así”), lo que le permite desenvolverse con posibilidades dentro del mundo físico. Por ejemplo, un niño aprende que el fuego quema, o que las alturas causan daño al caer de ellas, y en adelante evitará esas experiencias. En eso consiste la formación de un saber, a traves del uso de los sentidos y de la experiencia (que es el uso consciente de los sentidos). Y, dependiendo de la estrategia usada en el desarrollo de esas experiencias (siempre dependemos de que alguien nos “crie”), construimos nuestra estructura cognitiva.

Pero la realización de una experiencia por parte de un individuo puede no ser registrada por otro de la misma forma, es decir, un evento singular puede ser percibido e interpretado de dos formas distintas a partir de dos observadores independientes. Eso sucede así, porque la naturaleza de las cosas no se muestra de la misma forma, sino que depende de la observación que haga el espectador, según dije antes.

Por otro lado, ocurre –no pocas veces- que un grupo de observadores, educados o criados de forma similar, con estructuras cognitivas semejantes, vean similitudes en lo observado (esto confirma que la realidad es percibida de acuerdo a nuestras expectativas), y ello les permite formular saberes que son más generales, válidos para una comunidad, pero muchas veces no válidos para todas las comunidades en general.

Entonces surge otra categoría del saber: no el saber individual e independiente, que se enfrenta a otro saberes independientes y contrarios, sino “ondas” de saberes que confluyen con cierta armonia, como en el movimiento ondulatorio: coincidencias que forman creencias más fuertes en una comunidad. Esos saberes son los saberes culturales, ya no son los individuales, ya no es más el hombre un ser independiente, ahora es comunitario, gregario, y necesita estar de acuerdo en qué experiencias son válidas para la comunidad y vale la pena transmitirlas por enseñanza de una generación a otra.

Pero a medida que el hombre ha desarrollado mejores instrumentos para percibir el mundo, ha tenido que cambiar esos saberes culturales. Los instrumentos son artefactos que amplian la capacidad de nuestros sentidos. De esa forma, cuando Galileo lanzó la primera mirada al cielo nocturno con el primer telescopio, encontró que el saber cultural previo estaba errado: las estrellas eran muchas más que las que se creía que existían hasta ese entonces.

A medida que aumentaba el desarrollo de nuevos y mejores instrumentos, y que el ser humano se fue tecnificando más y más, surgió otro tipo de visión: la visión científica. El ser humano desarrolló estrategias para definir y redefinir la realidad a traves de pasos y procedimientos que garantizaran que los nuevos saberes fueran válidos para toda la humanidad, es decir que fueran saberes universales. O, lo más universales posibles, ya que es muy poco probable que una visión del mundo o de la realidad se mantenga, ya que siempre que exista la posibilidad de desarrollar mejores instrumentos, se percibirá la naturaleza de una manera diferente, y si alguna vez el ser humano se detiene en su desarrollo tecnológico será porque o se autodestruyó, o decidió detenerse autónomamente (por ejemplo, que todos se conviertan a una nueva religión que prohíba la ciencia, j e je).

El ejercicio de la ciencia, a traves del uso de tecnologías cada vez mejores, crea una nueva categoría de saberes. Estos saberes nacen del ejercicio de una aproximación a la realidad a traves de observaciones rigurodsas y del uso de metodologías universalmente aceptadas como válidas, por lo que se espera que, en principio, cualquier persona con acceso a los rudimentos de la ciencia, sea capaz de entenderlo de la misma forma. Digo en principio, porque la comunidad al frente de los desarrollos científicos es una minúscula proporción de la humanidad, ya que la inmensa cantidad de personas se dedica a otras actividades más mundanas y urgentes, como conseguir la comida, proteger la aldea, etc.

Como el ser humano tiene el grave defecto de morirse, y siempre es necesario que alguien continúe con el trabajo iniciado, los nuevos humanos que se incorporan en la sociedad son entrenados cognitivamente en los rudimentos científicos (y en todo lo demás que se considera necesario para sobrevivir en el mundo de su respectivo tiempo), a través de lo que comúnmente se llama “academia” (me perdonarán que no profundice en la etimología de esta palabra), que no es más que el cuerpo colegiado de saberes universalmente válidos, construidos con rigurosidad científica (la mayoría).

A esta nueva categoría de saberes, los interpreto como “saberes académicos” (con el fin de responder a las preguntas clave): son los saberes que surgen del ejercicio científico y que ganan el privilegio de ser enseñados a los niños y jóvenes de la sociedad, como cosas ciertas (hasta cierto punto).

Aterrizando en el tema que nos concierne en este momento, nos incorporamos los docentes AQUÍ. Los docentes somos esa parte de la sociedad, esa comunidad, que se encarga de crear las posibilidades para que los nuevos seres humanos accedan a los saberes académicos de toda la humanidad, y a partir de allí puedan desenvolverse con facilidad en el mundo creando a su vez nuevas expectativas o nuevos desarrollos para las generaciones posteriores.

Tratando de responder a la última de las preguntas guía de este ensayo, conviene tener claros los siguientes hechos:
c El individuo nunca deja de interpretar el mundo desde su óptica personal.
c El sistema educativo o académico tiene el propósito de incorporar los saberes académicos de la humanidad (logrados a traves de un trabajo arduo, continuo y transgeneracional) en las construcciones del mundo de los nuevos individuos, para así soslayar el hecho de que la gente se muere (incluso los científicos).
c Los saberes académicos son aproximaciones inacabadas del mundo real (siempre puede haber una mejor comprensión del mundo)
c En el futuro se construirán mejores descripciones de la realidad, y ellas partirán de la interpretación individual de alguien que cuestione los conocimientos académicos existentes.

Entonces, desde mi óptica individual, creo que podemos clasificar los saberes académicos con los saberes individuales en algo que podríamos llamar “Mi Interpretación del Mundo”. Esta interpretación tomaría de la fuente de las experiencias individuales, y de la fuente de las experiencias científicas, y construiría un concepto individual del mundo.

Esto es necesario porque los saberes académicos no llegan a interpretar a la realidad completamente, siempre queda una distancia que es inalcanzable (a menos que el ser humano se vuelva místico, y la fe reemplace a la experiencia). Esa distancia se llena con creencias individuales, que surgen a partir de nuestra propia interpretación del mundo, y de la calidad de las experiencias que hayamos tenido.

En cierta ocasión, hace unos diez años, visitamos al papá de un amigo de mi padre, que vivía en una granja, alejada del bullicioso mundo moderno. Conversando acerca de muchas cosas, entendí que se le hacía muy dificil aceptar lo que los demás decían, hasta que exteriorizó una de sus más fuertes incredulidades:
“¿quién dijo que el hombre llegó a la luna? Esos son puros inventos”
Como yo era muy joven (aún lo soy) me costó trabajo contener la risa. “pobre tipo ignorante; acaso no sabía yo, como ha sabido mi padre, que el hombre llegó a la luna y que hay videos y documentales sobre ese hecho histórico… a este tipo le hace falta al menos un televisor”
Ahora, que soy un poco más viejo (no mucho), me doy cuenta de mi propia ignorancia, al juzgar tan rápido al pobre campesino. ¿Qué evidencias tengo de que el hombre llegó a la luna? Lo que creo lo he creído por influencia de otras personas, periodistas, la televisión, etc, pero no fue porque lo percibí con mis propios sentidos. Al fin y al cabo, yo no tengo elementos de juicio para creer semejante proeza, a menos que decida construir sobre la experiencia de otras personas. Parece cómico desconfiar de este saber, pero incluso hay quienes aseguran que todo fue un montaje televisivo gringo para convencer al mundo de su superioridad tecnológica, que, si fue así, a la postre dio resultado.

El punto al que me quiero referir, es que cada uno de nosotros ha construido su estructura cognitiva con estos insumos:
-La propia experiencia
-Los saberes culturales (no universales) de su comunidad inmediata (familia, tribu, pueblo, región)
-Los saberes académicos (Universales) que le fueron dados a traves del sistema educativo, y en los que decida creer.

La suma de esos tres originan “Mi Interpretación del Mundo”, que es la guía individual e intransferible para el desenvolvimiento de cada quien. Esta interpretación puede cambiar cada vez que se quiera, pero mientras más cerca esté de la realidad, más realizado me sentiré.

La pregunta que me surge y que dejo abierta en el foro es:
¿Cómo debe interferir “Mi Interpretación del Mundo” en el desarrollo de mi estrategia pedagógica como docente a la hora de organizar el conocimiento académico para mis estudiantes? ¿O no debe interferir?

Elkin Marquez

No hay comentarios: